El principio de libre circulación
de ciudadanos europeos se tambalea: cada vez son más las iniciativas que surgen
en los países europeos y que pretenden limitar la circulación y estancia de
migrantes europeos dentro de la Unión. Esta
semana el gobierno alemán ha anunciado que trabaja en un proyecto para limitar
la estancia de los inmigrantes comunitarios que no encuentren trabajo en un
plazo de seis meses.
La Unión Europea ha
recordado que la normativa comunitaria permite expulsar a un ciudadano
comunitario cuando después de tres meses no tenga trabajo, pero esta norma se
ha estado aplicando muy poco hasta el momento. Fue sonado el caso de Bélgica el
año pasado, que el año pasado expulsó a 5000 europeos. En esta noticia de ayer relataban el caso de tres españoles expulsados.
En el contexto de la crisis
económica, son muchos las voces que, desde dentro y fuera de la Unión Europea, piden limitar la
libre circulación de ciudadanos, uno de los pilares básicos de la Unión. Suiza, país que no forma
parte de la Unión Europea
pero con estrechas relaciones con esta, celebró a principios de año un referendum en el que se aprobó por mayoría imponer cuotas de entrada al resto
de europeos.
La Comisión Europea respondió anunciando la ruptura de acuerdos y paralizando programas de investigación conjuntos, como represalia.
También en Reino Unido se hacen
fuertes las opiniones de quienes avivan el sentimiento europeísta haciendo
crecer el miedo ante una supuesta “invasión” de inmigrantes, especialmente del
Este de Europa, en las Islas Británicas.